miércoles, 28 de diciembre de 2011

Mi Travieso Delfín


Mi Travieso Delfín

Pareja: YooSu

Advertencia: Lemon, Cómico.


El día comenzó como cualquier otro, jamás pensó que terminaría del modo en que lo hizo. Habían tenido una mañana bastante ocupada y el día aún no terminaba.

Se encontraban en plena sesión fotográfica, el concepto… La Navidad claro, Kim Junsu incluso llevaba puesto un lindo sombrero rojo de Santa, de hecho los tres tenían uno, vestían casualmente, con pantalones vaqueros, una playera, sin duda un atuendo casual y cómodo.

Tenían unos pocos minutos antes de volver a tomar sus posiciones para continuar con las fotografías, Kim Jaejoong se encontraba admirando su aspecto en el espejo arreglando los detalles que creía no estaban adecuados.

Park Yoochun se encontraba checando el lugar de la sesión fotográfica la verdad se sentía un poco cansado y con muchos deseos de terminar cuanto antes, partir a su departamento, tomar un rico y relajante baño, y dormir hasta la mañana siguiente, si ese era un gran plan, sin duda que lo era. Claro, no contaba con el hecho de que algunas veces los planes cambian sin que uno se lo proponga.

Kim Junsu lo observaba fijamente intentando adivinar en qué estaba pensando Yoochun, por qué su rostro estaba algo tenso y cansado. Entonces una sonrisa picara se dibujó en su rostro, tenía la solución para cambiar aquella expresión en la cara de su ratoncito.

Se acercó sigilosamente, tan cautelosos fueron sus pasos que el otro no pudo notar su acercamiento hasta que sintió el cálido aliento del menor. Girándose de golpe para encontrarse con unos ojos brillantes y juguetones. Aquella mirada lo decía todo algo ocurriría y no necesariamente sería bueno.

Junsu colocó su mano derecha en el hombro izquierdo de Yoochun, se acercó un poco más levantándose ligeramente sobre sus puntas llevando su rostro cerca del cuello del mayor.

Sus rostros tan cercas uno del otro y sus respiraciones chocando una contra la otra, por un momento Yoochun no pudo evitar sonreír aquel acercamiento le encantaba y mucho, aúnque estuviese tan cansado adoraba poder estar a tan poca distancia del menor. Sintió enormes ganas de sujetarlo entre sus brazos y besar aquellos labios juguetones, pero no era ni el momento ni el lugar. Y no entendía por qué el delfín hacia ese acercamiento tan peligroso tentando a su control.

— Yoochun —este le susurró ligeramente en el oído, el mayor sintiendo el cálido aliento golpeando una vez más en su cuello por lo que involuntariamente se alejó un poco antes de que su instinto lo llevase hacer una tontería en plena sesión fotográfica.

— Junsu estamos en medio del trabajo —sujetó con suavidad la muñeca del otro en señal de que se detuviera.

— Chunnie, eres malo, solo quiero decirte algo —dijo con aquellos ojos brillantes los cuales parecían en ese momento de cachorrito regañado, así que le mayor volvió su cabeza a la distancia en la que se encontraba antes para escuchar el resto—. Quiero que te quedes esta noche a dormir en mi departamento, prometo que no lo lamentarás —su voz en susurrós era tan provocadora que cualquier otro día el mayor lo hubiese tomado enseguida para llevarlo a un lugar alejado para satisfacer su tan deseada necesidad por saborear aquellos labios suaves y juguetones—.

— No lo creo Junsu —respondió rápidamente y sin pensar mucho en las consecuencias de sus palabras—, estoy realmente cansado y tanto tú como yo sabemos que si voy a tu departamento haremos de todo en aquella cama menos dormir que es lo único que quiero hacer este día, estoy agotado —lo miró intentando hacerlo comprender lo que decía y que no lo tomara como algo personal—. Prometo que te lo compensare sí.

— Oh está bien, si estás cansado no hay nada que hacer —el menor dedicó una sonrisa soltando finalmente el hombro de Park—. Supongo que será entonces otro día, no te preocupes.

Después de eso se alejó un poco para ir adonde estaba Jaejoong, se arreglo un poco aquel rojo sombrero sobre su cabeza y le dedicó una sonrisa al confundido Yoochun quien lo miraba algo consternado, había algo extraño nunca había podido convencer a Junsu de hacer o no hacer algo tan fácilmente y que haya accedido tan rápidamente le daba mala espina.

No pudo analizarlo por mucho tiempo, el fotógrafo los llamo y los tres entraron ah escena, luego de un rato de tomar fotos en distintas posiciones aquel hombre les indico que estaban por terminar, unas cuantas tomas más y podrían marcharse a casa, eso hiso que Park soltara un suspiro de alivio, finalmente podría ir a dormir por un largo rato.

Entonces ahí estaban, Yoochun recostado en un tapete en el piso sonriente viendo hacia la cámara, Junsu se colocó justo a su lado, la pierna derecha de Yoochun se apoyó ligeramente en las del menor, mientras que Jae se encontraba de rodillas a los pies de Yoochun intentando colocarse de la mejor manera.

El fotógrafo comenzó nuevamente con las tomas, los chicos cambiaban un poco sus posiciones cada vez que un click se escuchaba.

Esta es mi oportunidad —pensó Junsu esbozando una picara sonrisa.

Una que Yoochun fue capaz de captar por un segundo, la cual hiso que su piel se erizara y un escalofrió recorriera todo su cuerpo, pero todo fue tan rápido que no tuvo tiempo de reaccionar.

Un segundo después la mano izquierda de Junsu que momentos antes se encontraba sobre la rodilla del mayor ahora se deslizaba suavemente por la pierna de Yoochun, fue bajando lentamente hasta detenerse en la entrepierna de este. La reacción de Jae fue simplemente observar nerviosamente con una sonrisa pidiendo que todos los presentes se hicieran de la vista gorda.

Lo único que Yoochun pudo hacer fue sonreír, pero su cuerpo entero se estremeció… fue tan incómodo no poder moverse libremente, no podía apartar la mano de Junsu de su pierna, podría complicarlo todo, así que su mejor opción fue colocar una tensa sonrisa mirando de reojo a Su quien sonreía complacido, así que esa era la venganza del delfín por el desaire que Yoochun le había hecho momentos antes.

Sabía que el menor no se quedaría con las manos cruzadas, pero atacarlo así y en aquella situación había sido un golpe bajo, uno que se cobraría en cuanto estuviesen solos. O se dejaba de llamar Park Yoochun.

Una vez que el fotógrafo indico el final de la sesión Yoochun se apresuró a tomar a Junsu del brazo, llevándolo lejos de todos los presentes. Una vez lo suficientemente apartados como para que los demás pudieran verles Yoochun soltó a Su encarándolo directamente.

— ¡¿Qué demonios crees que estás haciendo?¡ —dijo el mayor un poco irritado.

— Chunnie no entiendo por qué te molestas, simplemente estoy haciendo un poco de fan service es por el bien del YooSu —respondió pícaramente llevando sus brazos al cuello del mayor, acercando su cuerpo al de Yoochun. Colocó una de sus piernas entre las del mayor haciendo una ligera presión entre su muslo y la parte baja de su ratoncito—. No parece que te haya desagradado del todo —continuo con una sonrisa malvada y satisfecha, al notar la pequeña reacción que aquel contacto había logrado en el mayor—. ¿Quieres que continuemos en mi departamento? —le susurró al oído mientras daba un ligero mordisco provocándole un poco más sin dejar de presionar su pierna contra aquella parte de Yoochun que comenzaba aponerse cada vez más sensible, por lo que el menor intensifico el contacto, haciendo un ligero movimiento para ocasionar un roce más agradable. Yoochun se vio obligado a morderse el labio inferior para evitar emitir sonido alguno, el Delfín sonrió complacido —, ¿O tal vez estás tan cansado que, prefieres irte a casa adormir? —de pronto Junsu soltó el cuello del mayor y se alejó un poco para mirar aquel rostro que se encontraba algo agitado—. Bien supongo que será en otra ocasión —agregó finalmente comenzando a caminar devuelta al set.

— ¡Maldición Su! —respondió sujetándolo con fuerza por el antebrazo forzándolo a girarse hacia él, atrapó ferozmente aquellos labios que esbozaban una maliciosa sonrisa antes de comenzar a ser devorados por un furioso y excitado ratón. Aquel contacto fue algo intenso no se separó hasta que no pudo evitarlo, ambos necesitaban respirar para continuar—. Desde cuando te convertiste en un seductor tan pervertido.

— Bueno he tenido un maravilloso maestro —respondió apresando aquel cuello blanco de su amante y amigo—, ¿Acaso no soy un excelente alumno? Aprendo rápido no es así…. —sonrió un poco más—. Y no sabes lo bueno que soy.

— ¿Por qué no lo comprobamos? —respondió Yoochun al momento de aferrarse de aquella pequeña cintura.

— ¿Pero Chunnie creí que estabas cansado? —lo dijo tan maliciosamente, dejando en claro que se había propuesto provocarlo y torturarlo por haberle negado un poco de diversión a su noche— No quiero fatigarte más, podemos dejarlo para otro día.

— ¡Su, esto no es una petición! —respondió con firmeza, había un brillo feroz en sus negros ojos que provocó un pequeño escalofrió a Kim, no había duda esa noche no dormirían.

— Muy bien como tu mandes —sonrió satisfechamente un beso más y ambos se soltaron, de seguir así terminarían haciéndolo ahí mismo.

Los dos volvieron a donde estaban los demás, solo Jae había notado su ausencia y cuando los vio sus mejillas se ruborizaron de inmediato, los conocía tan bien que sabía que habían estado “jugando” detrás del escenario, pero qué pensaban ese par de inconscientes, aúnque los entendía a la perfección no los justificaba en absoluto.

Yoochun sintió la mirada de regaño del mayor, simplemente se encogió de hombros, sabía que no era propio hacer esas cosas en medio del trabajo, pero su nivel de resistencia había llegado al límite, el delfín se había vuelto un experto en provocarlo, realmente era muy difícil el poder controlarse una vez que el menor comenzaba a tocarlo de aquella manera.

Junsu simplemente le dio una sonrisa de “yo soy inocente y puro” quién diría que detrás de ese hermoso y angelical rostro se esconde un experto seductor, Jae no pudo evitar sonreír resignado ante aquel rostro, no es como que él no hubiera cometido locuras antes, por eso decidió hacerse de la vista gorda, después de todo la sesión había terminado y ahora eran libres de hacer lo que quisieran, se despidió para marcharse a casa y alimentar a JiJi.

Tanto Yoochun como Junsu luego de disculparse por su actuar se despidieron del mayor quien había dicho se marchaba directo a casa.

Ninguno de los dos podía esperar más, aquella pequeña sesión de contacto físico los había dejado deseando más, mucho más. Por suerte Yoochun había llevado su auto, así que se fueron directo a este, lo abordaron, el mayor arrancó y tomaron rumbo a la casa de Junsu.

Durante el camino que les pareció largo Junsu intentó tocar la pierna de Yoochun un par de veces, cosa que el mayor evitó tajantemente, no quería que se matasen a medio camino, por estar “jugando en el auto en marcha”, la sola idea de hacer “eso en el auto”, lo excitaba no lo negaba, pero por Dios no podían hacer tal cosa. La verdad es que su delfín se había transformado en un monstruo hormonal, pero eso lo provocaba aún más.

Una vez que llegaron a su destino, bajaron rápidamente del auto, abordaron el ascensor a toda prisa, Junsu le dedicaba sutiles miradas mientras rosaba la mano del mayor con su dedo meñique, con sonrisas pícaras y juguetonas, llegaron finalmente a la puerta del departamento, en cuanto la puerta se cerro de tras de ellos no hubo razón para contener sus ardientes deseos.

Yoochun sujetó la nuca de Junsu deslizando sus largos dedos entre los sedosos cabellos del menor atrayéndolo prontamente para devorar una vez más aquellos labios, sabiendo que eso no sería lo único que el mayor devoraría esa noche.

Los labios de Junsu comenzaron a moverse frenéticamente en sincronía con los de Yoochun, sus lenguas se entrelazaban una con otra, como si danzaran un baile erótico explorando la cavidad de sus bocas, finalmente Junsu aprisiono el labio inferior del mayor estirándolo con un leve mordisco el cual intensificó al sentir las manos de su ratón presionando su cintura con fuerza.

Sus respiraciones agitadas comenzaban a llenar la habitación, Yoochun tomó a su pequeño delfín con una gran agilidad, pasó su mano derecha por debajo de las piernas del menor sujetando con fuerza la espalda de este con la izquierda cargándolo en brazos, tomando rumbo al dormitorio, hacerlo en plena entrada no era algo que le desagradará, al contrario lo excitaba, pero es mucho más satisfactorio hacer el amor en la alcoba como debía ser.

Sin perder aquel contacto de sus labios llegaron hasta la habitación, Yoochun dejo caer a Junsu sobre la cama, con una pasional mirada que provocó que el cuerpo del pequeño se estremeciera. Junsu sintió la necesidad de provocarlo un poco más, por lo que relamió sus labios, levantando con lentitud aquella playera que cubría su perfecto abdomen. Sus ojos brillaban mientras que la ropa dejaba cada vez más aquella piel al descubierto.

Yoochun abrió sus ojos ante esa imagen tan sublime, el cuerpo desnudo de Junsu definitivamente seria como tocar el cielo. Decidido detuvo el avance del menor sujetando con firmeza aquella mano.

— Déjalo, quiero hacerlo yo mismo —le dijo Yoochun suavemente a lo cual el menor accedió sin decir nada—, te desnudaré lentamente para poder probar todo de ti. Esta noche me saciaré hasta quedar completamente satisfecho.

Yoochun sacó la camisa de Junsu con una calma descomunal lanzándola por el aire, una vez despojado de ella pudo sentir las suaves manos del mayor deslizándose por su torso desnudo, sus labios volvieron a saborear los de Junsu, mientras más lo tocaba sus besos se hacían más frenéticos. Las caricias del mayor seguían palpando el firme abdomen del delfín con algo de fuerza soltando un par de gemidos de los labios de Junsu mientras seguían saboreados por su amante, finalmente Yoochun dejó los labios del menor no sin antes mordisquearlos un poco y lamerlos, para comenzar a recorrer aquel pequeño cuerpo con cortos besos.

Besos que succionaban la piel del delfín algunas veces suavemente y otras con un poco más de fuerza dejando morcas a su paso, marcas del amor y el deseo que había entre ellos. Lamió sensualmente el cuello del menor llegando hasta el pecho. Separó las piernas de Junsu abriéndole entrada a su cuerpo el cual pegó fuertemente contra el delfín, la rodilla del mayor se friccionó contra la entrepierna del menor provocando que este removiera su cuerpo llevando sus manos a la espalda del Yoochun sujetándose con fuerza, para hacer una presión mayor contra la rodilla de su amante. Aquel contacto comenzaba a volverle loco, su cuerpo estaba tan ardiente, la sangre le hervía por dentro. Pasaba sus dedos entre los negros cabellos de Yoochun. Sintiendo la necesidad de tirar un poco de ellos.

El mayor se fijó en un punto el cual había estado tocando minutos antes cuando sus bocas se encontraban unidas en una danza, se encontraba rojo y firme, aún masajeándole con sus manos dio un pequeño apretón Junsu gimió el nombre del mayor con voz entrecortada, Yoochun no tardó en encerrarlo con su boca, iniciando con suaves succiones, lentas y profundas, las cuales de un momento a otro se intensificaron, dando uno que otro mordisco poniéndolo más rígido. El menor solo se estremeció aferrándose con fuerza al cuerpo del mayor soltando fuertes gemidos de placer.

Pero Yoochun deseaba más, lo haría sufrir un poco más… mientras se ocupaba de uno de ellos con su boca, decidió atender al otro con su mano derecha el cual daba apretones suaves, tirando de este, masajeándolo en círculos provocando que se pusiera igual de duro que al que succionaba con su boca. El mayor miró de reojo a Junsu dando un mordisco aún más fuerte con algo de malicia, el delfín no quiso quedarse atrás, como pudo llevó sus labios al cuello blanco de Yoochun clavando sus dientes en este, Chunnie soltó un gemido apretando fuertemente tanto su boca, como la mano que acariciaba la otra protuberancia de su pecho. El cual se expandía ampliamente alzando sus pectorales una y otra vez.

— Eres tan sensible en este punto Su —susurró un poco liberando aquella roja piel de su prisión—. Todos tus puntos sensibles los tocaré hasta volverte loco —una maliciosa sonrisa se esbozó en sus labios. Ese sería su castigo por excitarlo en plena sesión.

— Eso es lo que estoy esperando —respondió pícaramente con una sonrisa que desaparición tan pronto como Yoochun llevó su boca al estómago del menor, lamiendo un poco aquel bien formado abdomen.

Junsu era dueño de un cuerpo que cualquiera moriría por poseer y era todo suyo.

— Yoochun ¿Cuánto tiempo más piensas torturarme? —dijo al ver que el mayor se había detenido momentáneamente.

— ¿Qué ocurre Su? —era una pregunta cargada de malicia debido a que sabía la respuesta—. Es que acaso no te gusta que te toque así, a tú cuerpo no parece disgustarle mi tacto. Al contrario no sientes como se remueve debajo de mí, ardiendo en deseo de que lo haga mío.

— ¡Chunnie no te hagas el tonto sabes que eso es lo que quiero! —dijo entrecortado producto de la respiración agitada que tenía en reacción a las caricias de su amante—. ¡Me muero por sentirte dentro! —sus quejas fueron calladas por un gemido profundo.

Yoochun había hecho presión con su mano sobre la ropa de Junsu comenzando con un ligero apretón en aquella parte que seguramente comenzaba a doler un poco por la estimulación que le estaba brindando en ese momento.

— Mi delfín eres tan impaciente pensaba darme mi tiempo y devorarte poco a poco, pero veo que no será posible —sonrió con un brillo de lujuria en sus ojos, amaba tanto a su pequeño y travieso delfín, el provocarlo y hacerle suplicar que lo tomase, eso era lo que más amaba hacer cada vez que estaban juntos—. Esta noche te voy hacer llegar al éxtasis una y otra vez hasta que me dejes satisfecho ese será tu castigo por provocarme.

— ¡Has lo que quieras! ¡Pero hazlo de una buena vez! —exigió Junsu aferrando sus manos en los hombros de Yoochun encajando ligeramente sus uñas en ellos.

Yoochun había bajado el cierre del pantalón del menor tocando el bóxer del delfín con los labios mordiendo con algo de fuerza esa parte que se encontraba algo rígida y ajustada en aquella ropa interior, al momento que sintió las uñas de Junsu clavarse en su espalda.

— Oh pero mira, mi delfín ahora es un gatito travieso —Yoochun rió divertidamente, no había duda, cada vez sus encuentros eran más candentes y apasionados.

Chunnie no lo muerdas —gimió un vez más encorvando su espalda llevando ambas manos a los cabellos negros de su ardiente amante, tirando ligeramente de ellos—, voy a morir si continuas así.

— Calma cariño pronto te haré sentir mejor —respondió incorporándose, mirándolo con lujuria.

El pecho de Su subía y bajaba rápidamente, su respiración era agitada y entrecortada. Los latidos de su corazón eran rápidos y su sangre bombeaba a una velocidad increíble. Vaya vista pensó Yoochun, aunque aún faltaba lo mejor. Se quitó la playera lanzándola al piso, retiró los pantalones que cubrían a su pequeño amante e hizo lo mismo con los suyos.

Volviendo a llevar sus finos labios a los jugoso y traviesos de su delfín, ambos se encontraban saboreando aquellos besos intensos que sus bocas se daban las manos de Yoochun mantenían entre ellas el rostro de Junsu con suavidad acariciándolo mientras que los brazos del menor se deslizaban por la espalda del mayor.

Ahora con sus pieles desnudas, una pegada a la otra Yoochun libero el rostro del menor, llevando su mano derecha a la pierna izquierda de Junsu la cual comenzó a deslizarse de arriba abajo, mientras que su mano derecha descendía por el torso del delfín sin liberar aquellos deliciosos labios.

Junsu mordió una vez más el labio inferior de Yoochun, lamió sus labios dio un pequeño beso para llevarlos luego directo a la oreja del mayor mordiéndola firmemente; ante aquel mordisco, el ratón introdujo su mano entre la entrepierna del delfín, este se aferró una vez más a la espalda del mayor, sus cuerpos sudorosos y jadeantes se excitaban más. Yoochun dio un apretón fuerte en la hombría del menor, este gimió con fuerza.

Había perdido la poca paciencia que tenía y su amante no tenía pensado apresurarse así que tomó la iniciativa, aprisionó al mayor usando sus piernas con firmeza moviendo sus caderas rozando así aquellas partes que necesitaban de su pronta atención, Yoochun sonrió pícaramente, decidiendo que había terminado la espera, era momento de darle un mejor uso a sus manos, llevando una de ellas al trasero de Junsu dándole un fuerte apretón, el pequeño tenía una retaguardia realmente carnosa.

— Entiendo —respondió Park enredándose entre las sábanas para cubrir sus cuerpos y con un movimiento ambos se decidieron de la poca ropa que llevaban sobre ellos.

Yoochun se giró dejando el cuerpo del menor encima de él, las manos del mayor sujetaron ambos glúteos del delfín aferrándolos con una gran fuerza, presionando las caderas de Junsu contra su pelvis. Las sábanas cubrían parcialmente sus cuerpos desnudos.

Las manos de Junsu se deslizaban con libertad por el pecho del mayor, ahora era su turno de saborear aquel pecho blanco.

Entre caricias, besos y mordiscos ambos hombres se fusionaron en uno solo más de una vez y durante toda la noche, gemidos de placer, gritos, respiraciones agitadas y un calor sofocante era lo único que podía sentirse en aquella alcoba, dos cuerpos se removían entre las sábanas aumentaban su ritmo y una vez más los gemidos se escuchaban por todo el lugar.

Finalmente un cuerpo sin fuerzas quedó recostado sobre el otro mientras sus pechos bajaban y subían juntos tratando de recuperar su respiración. Abrazados formando un solo ser preparándose para la próxima ronda.

Así fue como pasaron su noche intensa llena de amor. A la mañana siguiente. Yoochun había optado por levantarse de la cama y tomar una ducha. Acto seguido Junsu lo había seguido a la misma, primero tuvieron un encuentro refrescante bajo la regadera, la cual no evitó el ardiente del momento, Yoochun no supo ni como lo logró pero finalmente ambos terminaron de ducharse, se cambió rápidamente y se dispuso a preparar el desayuno.

La verdad había casi salido huyendo de la habitación, estaba exhausto por la intensa noche que pasó y no había pegado el ojo ni un segundo. Cuando fue que su adorado e inocente delfín se había transformado en un deseoso de amor e insaciable. De dónde provenía tanto aguante, es ya no podía ni consigo mismo y sabía que si no salía de ahí de inmediato su delfín no lo dejaría marcharse.

Junsu llegó finalmente hasta donde estaba el comedor de su departamento, el mayor había preparado un desayuno simple, que consistía en de huevos fritos, un vaso de jugo de naranja, pan tostado y café. El olor era delicioso, el menor sonrió ante tal imagen, era como si fuesen recién casados.

El mayor devolvió la sonrisa invitándolo a sentarse junto a él. Junsu tomó aquel pan tostado dándole un pequeño mordisco de manera tan sensual que Yoochun tuvo que morderse el labio inferior para no pensar en esa imagen, tragando un poco de saliva en el proceso.

— Espero te guste el desayuno —indico aclarando un poco su garganta para poder hablar.

— Esta riquísimo —respondió Junsu sonrientemente—. Tomando un poco de jugo de naranja.

— Que bien.

— Chunnie.

— ¿Qué pasa? —respondió despreocupadamente.

— No te parece que parecemos unos recién casados.

— Eh —tosió un poco antes de proseguir—, eso creo.

Junsu observó a Yoochun llevar la taza de café, cuando aquella pieza fría de porcelana tocó los finos labios del mayor, el delfín lamió un poco la comisura de su boca pasando saliva, pensando en lo deliciosos que deberían saber los labios de su ratón con aquel sabor a café en ellos. Yoochun sorbió un poco de aquel liquido oscuro, entonces Junsu pensó en algo travieso y hablo de pronto con una mirada maliciosa y divertida.

— Lo de anoche fue maravilloso Yoochun hay que repetirlo más a menudo no lo crees —dijo sonrientemente.

— Bueno podríamos hacerlo —el mayor comprendió que negarle algo su amante, le traería muchos problemas, así que decidió darle por su lado por lo menos por el momento. Luego bebió un poco más de su café.

— Tal vez para la próxima podríamos invitar a Jae hyung y hacer un trió no te parece una excelente idea.

— ¡QUE! —grito Yoochun atragantándose con el café, cubriendo su boca para evitar escupirlo de la impresión.

— Imagina lo mucho que disfrutaremos los tres.

— ¡De ninguna manera! —volvió a levantar la mano poniéndose de pie al momento—. ¡No voy a permitir que nadie más te toque, solo yo puedo hacerlo —dijo tomándolo de la barbilla para besarlo intensamente.

— Esta bien —dijo sonriendo mientras se alejaba y lo rodeaba del cuello con sus brazos, su plan había funcionado a la perfección amaba la forma tan posesiva en la que su ratón lo amaba—. Solo tú puedes tocarme —prosiguió, dándole ligeros besos en el rostro, llegando a su oreja—. ¿Qué te parece si repetimos lo de anoche una vez más? —terminó mordiendo aquel lugar con suavidad.

— Cielos Su de dónde rayos tienes tantas fuerzas —respondió sujetándolo de la cintura para levantarlo de aquella silla—. ¿Pero que hay del desayuno? ¿No tienes apetito? —preguntó el mayor observando la mesa servida aún.

— Claro, tengo un apetito enorme en este momento —lo miró lujuriosamente relamiendo sus labios—. Pero por ti mi ratón.

Yoochun no pudo hacer más que sonreír y dejarse llevar. El menor aferro sus piernas a la cintura de Yoochun mientras continuaba rodeándolo del cuello. Sonriendo con aire de victoria.


Así que ahí se encontraban los dos una vez más rumbo a la habitación. Y algo le decía a Yoochun que ese día tampoco pegaría el ojo. Necesitaba unas vacaciones con urgencia.

La puerta se cerró detrás de aquellos dos hombres mientras se adentraban un vez en su apasionante y ardiente amor.

Ninguno se imaginó que luego de aquella sesión de fotografía tendrían una noche tan intensa como la que tuvieron.

Más tarde se enteraron por Jaejoong, que las fans del YooSu se habían vuelto locas de la emoción al ver ese desliz de la mano de Junsu sobre la pierna de Yoochun, su popularidad había aumentado.

Yoochun no supo si estar feliz o asustado de la siguiente ocurrencia de su pequeño ángel depravado. A quien por cierto amaba más que a su vida.

Por otro lado Junsu estaba con una cara llena de felicidad sonriente y juguetona como siempre, quién pensaría que ese pequeño con rostro de ángel fuera un insaciable hombre lleno de pasión y sin fondo.

FIN

1 comentario:

  1. one-san!!! de donde sacas tanta....creatividad? te admiro muuucho.
    sigue escribiendo asi que yo te estare apoyando siempre!

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